OMEGA 3 PEQUES (limon, naranja y grosella) 120 perlas SURAVITASAN
Omega-3 Peques es un complemento alimenticio a base de ácidos grasos esenciales omega- 3 que proporciona 552 mg de EPA y 216 mg de DHA por día (4 perlas) presentados en la óptima proporción (2:1). El aceite se obtiene a partir de sardinas y anchoas salvajes por destilación molecular, un método de purificación que garantiza un aceite de grado farmacéutico libre de contaminantes ambientales. Permite una fácil administración en forma de deliciosa perla masticable con sabor natural a limón, sin azúcar (edulcorado con estevia) ideal para el apoyo nutricional de los más pequeños.
DECLARACIONES SALUDABLES (Reglamento UE Nº 432/2012): La ingesta de ácido docosahexaenoico (DHA) contribuye al desarrollo visual normal de los niños hasta los 12 meses de edad. La ingesta materna de ácido docosahexaenoico (DHA) contribuye al desarrollo normal de los ojos y del cerebro del feto y del lactante alimentado con leche materna. El efecto beneficioso se obtiene con una ingesta diaria de 200 mg de DHA además de la ingesta diaria recomendada de ácidos grasos omega-3 para los adultos, esto es 250 mg de DHA y de ácido eicosapentaenoico (EPA).
Sin gluten, Sin lácteos
Origen animal: aceite de pescado / gelatina bovina (perla)
Alérgenos comunes: pescado
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Información del producto
Omega-3 peques proporciona ácidos grasos esenciales omega-3, EPA y DHA en concentración 2:1 para una óptima y demostrada eficacia sobre la salud cerebral. Esta fórmula ha sido especialmente diseñada parar los niños y adolescentes en perlas masticables sin azúcar, edulcorada con estevia y con un agradable aroma natural de limón.
Omega-3 peques, contiene aceite de especies pequeñas de pescado salvaje garantizando que es un producto libre de contaminantes ambientales (metales pesados, PCBs, dioxinas) al que además se ha purificado por destilación molecular para obtener un aceite de alta pureza manteniendo intactas todas sus propiedades beneficiosas. Finalmente, los rigurosos análisis que se aplican al producto confirman un aceite de grado farmacéutico. Contiene vitamina E, en forma natural de tocoferoles mixtos y no GMO.
El aceite de pescado es probablemente la fuente dietética más importante de ácidos grasos omega-3, un tipo de ácidos grasos esenciales, grasas especiales que el cuerpo necesita para sobrevivir tanto como necesita vitaminas. Lamentablemente, nuestro cuerpo no es capaz de producir estos ácidos grasos Omega 3 por su cuenta.
Sura Vitasan utiliza aceite de pescado salvaje. Las sardinas y las anchoas están entre las más altas en ácidos grasos omega-3. Los peces criados en granjas tienen niveles más bajos de omega-3.
Ácido eicosapentaenoico (EPA): este ácido graso esencial juega un papel fundamental a nivel cerebral ya que es un componente estructural de las membranas neuronales y un déficit en la ingesta se relaciona con una disfunción de las vías neurotransmisoras en el cerebro pudiendo causar diversos trastornos psiquiátricos y neurocognitivos (1,2). El mecanismo por el cual los ácidos grasos ómega-3 y en especial el EPA, ejercería la acción, se basa en su capacidad para modificar la fluidez y la composición de los fosfolípidos de las membranas celulares del sistema nervioso central modificando la estructura y función de las proteínas implicadas. Este es el mecanismo por el que el incremento de las concentraciones de ácidos grasos omega-3 en las membranas celulares ha demostrado afectar la neurotransmisión de serotonina y dopamina, especialmente en el córtex frontal y que explicaría la actividad de EPA en distintos trastornos psiquiátricos como la psicosis, la depresión, demencia y el TDAH(2-4). Estudios como el llevado a cabo por Mitchell et al., donde participaron 53 niños con TDAH demuestran su importancia en el tratamiento del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) mejorando la función del cerebro y la sintomatología propia de este, especialmente la atención y la conducta impulsiva. En el estudio se puso de manifiesto que los niños con TDAH tienen significativamente disminuidos los niveles de EPA tanto en plasma con en glóbulos rojos comparados con los niños que no sufren este trastorno (5). En otro estudio se pudo comprobar que una combinación de EPA y DHA también es efectiva en comportamientos antisociales, la agresividad y la hostilidad.
Además de los efectos positivos a nivel cerebral, el EPA también es importante en la mujer embarazada ya que este ácido graso se asocia a la prevención de la depresión puerperal, hipertensión y diabetes gestacional y la preeclampsia. Su aporte es esencial para favorecer el transporte y la captación de DHA por parte de las células fetales a través de un incremento de la expresión de proteínas transportadoras de ácidos grasos (FATPs) en el cordón umbilical (6).
El EPA mantiene el equilibrio entre prostaglandinas, tromboxanos y leucotrienos, regulando las reacciones alérgicas e inflamatorias. Gracias a estas propiedades el EPA actúa mejorando la sintomatología de niños con asma bronquial y previene su aparición, ya que protege al pulmón de posibles inflamaciones y mejora su función. Publicaciones recientes también confirman su efecto positivo en el tratamiento de la enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa y psoriasis entre otras enfermedades inflamatorias.
Se ha establecido que una dosis al día de 400-600 mg de EPA en niños es suficiente para obtener todos sus beneficios (2).
Ácido docosahexaenoico (DHA): Este ácido graso se encuentra en altas concentraciones en la retina (93% del total de omega-3) y en los fosfolípidos de membrana de las células cerebrales (97% del total de omega-3) y por lo tanto son esenciales tanto en el desarrollo del sistema visual como en la formación del cerebro humano, especialmente durante la gestación, la lactancia y la infancia. El DHA se acumula en el córtex frontal entre el nacimiento y los 20 años, periodo donde tiene lugar la maduración neuronal, la formación de la sinapsis y la expansión de la materia gris. Se ha demostrado que la suplementación con DHA incrementa los niveles de éste en las membranas eritrocitarias, lo que favorece la actividad funcional del córtex y disminuye el tiempo de respuesta de los niños en el test de atención (Continous performance task) (1,2,7,8). Otros estudios como el realizado en Estados Unidos por Zhang et al (con más de 3600 participantes) y Ryan et al. han demostrado la capacidad del DHA de aumentar el rendimiento psicosocial y cognitivo en niños sanos, encontrando una asociación significativa entre los niveles en sangre de DHA y mejores puntuaciones en test de comprensión y vocabulario (9,10).
Más ensayos como el del equipo de Lauritzen et al. (doble ciego y aleatorizado con 97 niños) demuestran que éste ácido graso influye positivamente en el desarrollo de la vista, aumentando la capacidad del niño en procesar la información que recibe y por lo tanto adquiriendo una mayor agudeza visual (11).
El contenido de DHA en los tejidos se asocia positivamente con el crecimiento general del niño, pudiendo actuar como promotor del crecimiento durante la vida postnatal temprana mejorando las funciones posturales, motoras y sociales. Los ácidos grasos DHA y EPA se han recomendado para prevenir la prematuridad (o aumentar la edad gestacional) (12-14).
Se considera que una dosis mínima de 150mg DHA/día es adecuada para lactantes y escolares (14).
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