OMEGA 3 1.200 mg. EPA 180 mg.-DHA 120 mg. 120 perl. SURAVITASAN

Omega 3 es una combinación de aceites de pescado salvaje extraído de diversas especies de sardinas y anchoas ricos en ácidos grasos esenciales. Se han elegido estas especies de pescados pequeños para asegurar un producto libre de metales pesados, los cuales son abundantes en las especies de pescados de gran tamaño. Aun así, se utiliza la destilación molecular, un método de separación y purificación de sustancias, que junto a los rigurosos análisis que se llevan a cabo, nos asegura un aceite de alta pureza, con una cantidad mínima o nula de grasas saturadas, de metales pesados PCBs y otros contaminantes consiguiendo así un aceite de grado farmacéutico.

El producto Omega 3, es una fuente muy rica de los importantes ácidos grasos esenciales omega-3.

Estos ácidos grasos esenciales han demostrado ser muy importantes para el buen funcionamiento del organismo. A veces la dieta no proporciona las cantidades adecuadas y es necesaria una suplementación.

Son recomendados para bajar el colesterol, la presión arterial alta y para reducir los riesgos de problemas de corazón. Los ácidos grasos esenciales omega-3 se encuentran en grandes cantidades en el cerebro; ayudan en la transmisión de impulsos nerviosos y son necesarios para el normal funcionamiento del cerebro.

OMEGA-3: Los ácidos grasos omega-3, EPA y DHA, son una forma de grasas poliinsaturadas, uno de los cuatro tipos básicos de grasa que el cuerpo deriva de los alimentos (el colesterol, la grasa saturada y la grasa monoinsaturada son los otros). Todas las grasas poliinsaturadas, incluyendo omega-3, son cada vez más reconocidas, por su importancia en la salud humana.

El aceite de pescado es probablemente la fuente dietética más importante de ácidos grasos omega-3, un tipo de ácidos grasos esenciales, grasas especiales que el cuerpo necesita para sobrevivir tanto como necesita vitaminas. Lamentablemente, nuestro cuerpo no es capaz de producir estos ácidos grasos Omega 3 por su cuenta.

Sura Vitasan utiliza aceite de pescado procedente de sardinas silvestres y anchoas. Las sardinas y las anchoas están entre las más altas en ácidos grasos omega-3. Los peces criados en granjas tienen niveles más bajos de omega-3.

Gran parte de la investigación sobre los posibles beneficios terapéuticos de los ácidos grasos omega-3 comenzó cuando los estudios de los Inuit (esquimales) descubrieron que aunque sus dietas contienen una enorme cantidad de grasa de peces, focas y ballenas, rara vez sufren ataques cardíacos o desarrollan artritis reumatoide. Estas fuentes de grasa son muy altas en ácidos grasos omega-3^(1,2).

Los omega-3 forman parte de las paredes celulares. Son útiles para la síntesis de otros ácidos grasos insaturados actuando como precursores de las prostaglandinas que son reguladoras de la actividad de los tejidos e incluyen: los tromboxanos, responsables de la agregación plaquetaria; y los leucotrienos, que actúan en procesos inflamatorios y en la respuesta alérgica.

El DHA tiene un efecto beneficioso en la estructura de la membrana celular y asiste en el buen desarrollo del feto. El EPA es beneficioso desde una perspectiva fisiológica al funcionar como un agente antiinflamatorio para nuestro cuerpo, a más de ser necesario para el correcto funcionamiento del sistema circulatorio y del cerebro. En conjunto brindan una serie de beneficios importantes para la salud a lo largo de nuestra vida ⁽¹⁾.

Los ácidos grasos omega-3 protegen contra la coagulación anormal asociada con ataques cardíacos y difieren estructuralmente de los ácidos grasos omega-6. Las pruebas de estudios muestran que los ácidos grasos omega-3 pueden reducir las probabilidades de padecer aterosclerosis, artritis reumatoide, dolores de cabeza por migraña y otras enfermedades cardíacas e inflamatorias, además de ser útiles en el tratamiento del trastorno bipolar ^(1-4).

Los ácidos grasos omega-3 del aceite de pescado pueden disminuir los niveles de triglicéridos en el suero. Al igual que el colesterol, los triglicéridos son un tipo de grasa en la sangre que tiende a dañar las arterias. El aceite de pescado también parece aumentar modestamente los niveles de colesterol HDL ("colesterol bueno"). Además, puede ayudar al corazón coagulando la sangre y reduciendo los niveles de homocisteína en sangre ^(5,6). Los niveles elevados de homocisteína pueden causar trombosis venosa profunda y embolias pulmonares. Los ácidos grasos omega-3 también producen moléculas de eicosanoides que regulan la inflamación, el sistema inmunológico y la función del sistema nervioso ⁽²⁾.