MICO COMPLEX 6  90 caps. SURAVITASAN

MICO COMPLEX 6 90 caps. SURAVITASAN

Mico Complex 6 es una combinación exclusiva de 6 hongos medicinales altamente concentrados (extracto 8:1). Los hongos, que incluye nuestra formulación proceden de cultivos sostenibles y controlados ya que crecen en invernaderos en condiciones de control climatológico y libres de metales pesados, herbicidas y pesticidas para garantizar la pureza y potencia de los extractos. Cada cápsula vegetal aporta 400 mg de una combinación de los hongos medicinales Reishi, Maitake, Shiitake, Chaga, Melena de León y Cordyceps, apta para celíacos, vegetarianos y veganos.




Vegano, Ovolactovegetariano, Sin gluten, Sin lácteos 




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EAN13 - 0628747120326

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Información del producto

Exclusiva combinación de 6 hongos medicinales altamente concentrados (extracto 8:1) que trabajan en sinergia sobre los distintos componentes que conforman la inmunidad. Entre las sustancias activas los polisacáridos y en concreto, los beta-glucanos son los responsables de su inestimable valor terapéutico centrado en la activación de la respuesta inmunitaria, la actividad antitumoral además de una respuesta antibacteriana y antiviral. Nuestro producto es un extracto que aporta una concentración superior de polisacáridos (40%).


Además de su acción sobre el sistema inmune, otros constituyentes como el ácido betulínico (chaga); 3-desoxiadenosina o cordicepina (cordyceps); hericenonas y erinacinas (melena de león); triterpenos (reishi); y lentinan (shiitake) ejercen acciones adicionales propias de cada hongo. Cada uno de los hongos ofrece sus propios beneficios de salud únicos.


El método de extracción de los polisacáridos es un punto crítico que determina la concentración y la eficacia del producto. Nuestro extracto se obtiene siguiendo un proceso validado de extracción en agua caliente que concentra, garantiza y preserva los compuestos activos encontrando una concentración final superior de polisacáridos. El micelio contiene polisacáridos que está unidos a la pared celular de quitina, la cual no es digerible por el sistema gastrointestinal. La quitina debe ser disuelta en agua caliente para poder liberar así los polisacáridos garantizando así un alto contenido así como una mayor biodisponibilidad de los mismos. Los extractos están estandarizados en un 40 % de polisacáridos.


Los hongos utilizados para nuestra formulación han sido cultivados en invernaderos en condiciones de control climatológico y libres de metales pesados, herbicidas y pesticidas para garantizar la pureza y la potencia del extracto.


REISHI: Utilizado y conocido como Lingzhi en medicina tradicional china durante miles de años, hoy sigue siendo uno de los hongos medicinales más utilizados por su amplia variedad de propiedades. Reishi es su nombre en Japón y se traduce como “el hongo de la inmortalidad” y el “elixir de la vida” al ser muy reconocido para incrementar la longevidad y como adaptógeno mejorando la habilidad del organismo para adaptarse a los cambios y a estresores diversos (físicos, mentales o emocionales).


El empleo del extracto permite un efecto sinérgico entre los diferentes principios activos que lo componen y así los triterpenos suprimen el crecimiento y el comportamiento invasivo de las células cancerosas, mientras que los polisacáridos estimulan el sistema inmune incrementando la producción de citocinas y la actividad antitumoral de las células inmunes además de presentar una acción antioxidante. También este hongo ejerce una actividad antiangiogénica suprimiendo así la creación de nuevos vasos sanguíneos que aporten nutrientes a la célula tumoral y que permita su invasión.


Este hongo se ha utilizado en diferentes ensayos clínicos por sus beneficios para potenciar las defensas del paciente con cáncer (cáncer de pulmón, mama, colon y próstata) sobre todo en combinación con quimioterápicos y/o radioterápicos. Aumenta significativamente la respuesta inmune en pacientes con estados avanzados de cáncer (1-3). En varios estudios, G. lucidum interfiere en diferentes puntos del ciclo celular deteniendo el crecimiento de células tumorales y beneficiando la fatiga relacionada con el cáncer de mama (4).


Su acción sobre la alergia y el asma se debe a sus propiedades inmunomoduladoras y antiinflamatorias al inhibir la liberación de histamina y otros mediadores químicos de los mastocitos, neutrófilos y macrófagos (5-7).


A los triterpenos se le atribuyen también otras propiedades como son sus efectos hepatoprotectores por lo que se ha venido utilizando en enfermedades hepáticas (8-10). Estudios clínicos muestran que sus extractos son efectivos en pacientes con hepatitis B crónica (11-12).


Algunos triterpenos de G. lucidum han sido estudiados en enfermedades cardiovasculares con muy buenos resultados, aportando efectos beneficiosos sobre la tensión arterial y lípidos sanguíneos en pacientes con enfermedades coronarias (13-14).


También tiene una gran consideración estados de ansiedad, insomnio y estrés por su acción hipnótica y calmante sobre el sistema nervioso, disminuyendo de manera significativa la latencia del sueño y aumentando el tiempo de sueño (15-16).


Sus propiedades antiinflamatorias han explicado su efecto sobre patologías crónicas como artritis o en la modulación de la respuesta inflamatoria crónica. “In vitro” inhibe la producción de fibroblastos sinoviales de artritis reumatoide sugiriendo su posible aplicación en el tratamiento de condiciones autoinmunes como la artritis reumatoide (17).


Inhibe la toxicidad de beta-amiloide sináptico con potencial en tratamiento del Alzheimer (18).


También tiene acción sobre la salud cardiovascular (13-14), sistema inmunitario (1) y sobre el control de los niveles de glucosa (19) y colesterol (20).


Mejora los síntomas de la neurastenia (21).


También tiene acción sobre el control de los niveles de glucosa pacientes con diabetes mellitus tipo II (22).


La sinergia entre polisacáridos y triterpenos también se ha constatado en la hiperplasia benigna de próstata al inhibir la actividad de la 5-alfa-reductasa (23) y mejorar los síntomas relacionados (24).


En cuanto a la acción antioxidante, se han realizado muchos estudios orientados a cuantificar dicha actividad a través de biomarcadores, la valoración de enzimas antioxidantes y la actividad del complejo mitocondrial en células cardíacas. Los resultados indican una potente acción antioxidante de G. lucidum que se ha vinculado a un menor riesgo de enfermedad coronaria y un menor declive de la energía celular asociada a la edad (25).


También ha demostrado proporcionar un efecto antiviral al inhibir la replicación que ha sido demostrada sobre herpes simple tipo I y II, en el VIH y en el virus de la Hepatitis B (11,26,27). Como antibacteriano ha demostrado su eficacia sobre bacterias Gram + (B. subtilis, Staphylococcus aureus, E. faecalis) y bacterias Gram – (E.Coli, Pseudomonas aeroginosa) (28).


MAITAKE: Este hongo de nombre japonés (“Rey de los hongos”) es uno de los más considerados en Japón desde hace años por su delicioso sabor y sus grandes beneficios para la salud. Crece en forma de abanico de color marrón grisáceo en árboles y madera caída, y puede llegar a pesar más de 45 kg. Un micólogo japonés identificó una fracción, presente en el hongo, con una excelente actividad antitumoral y que está constituída por una mezcla de proteínas y polisacáridos llamada Fracción-D. Esta importante acción logra retardar la progresión de las células malignas a causa de su efecto antimetastático, aumentando la actividad de las células NK y linfocitos Th.  La Fracción-D ha sido ampliamente estudiada en enfermedades como la hipertensión, la diabetes tipo 2, la hepatitis B y el VIH entre otros, con buenos resultados por la activación de los macrófagos, los linfocitos Th y la estimulación de interleuquinas (1 y 2) y de linfoquinas.


Maitake es un buen preventivo y coadyuvante en tratamientos como la quimioterapia ya que induce la apoptosis de las celulas tumorales (1). Existen muchos mecanismos que modifican las expresiones de ciertos genes que están involucrados en la estimulación de la apoptosis, la inhibición del crecimiento celular y la proliferación, la detención del ciclo celular, la metástasis de células tumorales y la inducción de sensibilidad a múltiples fármacos. En concreto, el uso concomitante de Maiitake y quimioterapia disminuyó la incidencia de efectos adversos provocados por los antineoplásicos en cáncer de mama, de pulmón y de próstata (2-4). En ratones aumenta la eficacia de la quimioterapia con cisplatino y reduce la nefrotoxicidad (5). La fracción D del maitake (beta-glucanos) tiene un gran potencial para el tratamiento del cáncer estimulando el sistema inmune y reduciendo los efectos adversos de la quimioterapia (4,6-8). También ha mostrado tener efectos beneficiosos y preventivos en cáncer de vejiga (9-10).


En concreto, Maitake es muy reconocido por su acción sobre el síndrome metabólico ya que tiene una gran eficacia sobre el control de la hiperglucemia por la mejora de la sensibilidad a la insulina y por la protección de células beta del páncreas al estrés oxidativo y la síntesis de óxido nítrico (11-12). Otros estudios han demostrado que contiene un inhibidor de alfa-glucosidasa que disminuye de forma natural los niveles de azúcar en sangre (13).


Su acción hipocolesterolemiante se asocia a su posible rol en el metabolismo lípidico por regulación de la expresión génica en el hígado. En animales con un adieta rica en grasa ayuda a mejorar el metabolismo de los lípidos ya que inhibe tanto los lípidos hepáticos como los séricos (14). Además, tiene un efecto de corta duración reduciendo la tensión arterial en animales (15).


Algunos estudios han demostrado el efecto de Maitake, solo o en combinación con terapia farmacológica, puede inducir la ovulación en pacientes con síndrome de ovario poliquístico (16).


Ciertos beta-glucanos aislados de Maitake son destacados por participar fuertemente en la biosíntesis de colágeno en fibroblastos y como cicatrizantes de la piel para su uso en cosmética y en productos para el cuidado de la piel (17).


SHIITAKE: Este hongo de nombre japonés (Shii=castaño;Take=seta) se ha venido utilizando desde épocas inmemoriables tanto en China como en Japón. Un famoso médico de la dinastia Ming ya comentaba del shiitake que era un buen remedio para problemas hepáticos, enfermedades de las vías respiratorias altas, insuficiencia venosa, debilidad, preventivo del envejecimiento prematuro y revitalizante Qi (energía vital). Hoy estos beneficios han sido constatados por la medicina moderna.


Aporta una gran cantidad de lentinano, un beta-glucano responsable de su acción antitumoral inhibiendo el crecimiento del tumor a través según los estudios experimentales, de la inducción de la repuesta inmune dependiente de células T y los macrófagos. Los datos de los estudios confirman que la administración de Shiitake mejora la función inmunitaria, la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes sometidos a quimioterapia.


En un estudio la combinación de Shiitake con anticuerpos monoclonales podrían actuar conjuntamente en sinergia activando el sistema del complemento siendo una combinación más eficiente en el tratamiento de cáncer gástrico (1). Un meta-análisis de 5 ensayos demostró un aumento significativo de la supervivencia en cáncer gástrico avanzado en pacientes tratados con quimioterapia y lentinan, betaglucano del shiitake (2). Otro estudio mostró que la administración de tegafur junto con lentinan aumentó la supervivencia en cáncer de próstata con metástasis (3). Otros estudios confirman el incremento de la supervivencia, la disminución de los efectos secundarios de la quimioterapia y la mejora en la calidad de vida en pacientes con cáncer colorrectal, hepático, de próstata, cáncer de mama y carcinoma esofágico (4-7).


La eritadenina, compuesto activo de este hongo, es responsable de su capacidad para reducir el colesterol y los lípidos en sangre. Ejerce un efecto muy beneficioso en pacientes con hiperhomocisteinemia, situación patologica asociada a trastornos cardiovasculares y neurodegenerativos y posee una pronunciada acción antiaterosclerótica. En un estudio se ha demostrado que Shiitake inhibe la expresión de moléculas de adhesión sobre el endotelio vascular en condiciones pro-inflamatorias. Su acción hipocolesterolemiante se asocia a su posible rol en el metabolismo lípidico por regulación de la expresión génica en el hígado (8).


Shiitake ha sido ampliamente estudiado en enfermedades virales como la hepatitis B, el VIH, herpes simplex tipo I y II, polio, sarampión y paperas entre otros, con buenos resultados al activar las células T, los macrófagos y la estimulación de interleuquina-1 (9). Los derivados de la lignina incluidos en este hongo son en parte responsables de la acción anti-viral (10).


El aumento de inmunidad que proporciona este hongo conlleva a una actividad antiviral demostrada “in vivo” e “in vitro” en VIH (11-12) y estudios clínicos han mostrado su efecto inmunomodulador en pacientes con VIH (13-14).


en la producción de anticuerpos en respuesta a la vacunación contra la gripe al mismo tiempo que reduce los síntomas del resfriado (15).


Ha mostrado tener una potente actividad anti-cándida “in-vitro” (16-19).


CHAGA: los componentes activos del chaga son polisacáridos (ß-glucanos), así como el ácido betulínico, un triterpeno y sus derivados. Se ha descubierto que el chaga que crece en el árbol de abedul es rico en ácido betulínico, ya que lo absorbe de la corteza del árbol. Ha sido tradicionalmente utilizado en Rusia y Polonia como un remedio contra el cáncer (1).


El ácido betulínico induce la apoptosis mitocondrial en células cancerosas (2), y se ha demostrado que el extracto de chaga y/o el ácido betulínico inhiben el crecimiento de varios tipos de células cancerosas, incluidas las células cancerosas de colon, mama, pulmón y cerebro (3-7). La fracción de polisacáridos del hongo chaga también ha demostrado tener efectos antitumorales (8).


 


Otros estudios “in vitro” muestran que el ácido betulínico, presente en el chaga, posee actividad frente a distintos tipos de células cancerosas (melanoma humano, neuroblastoma, tumor cerebral, cáncer de ovario, leucemia, etc.) (9-10). Muestra un efecto prometedor en combinación con radioterapia en células de melanoma humano (11). En roedores posee actividad anticáncer con ausencia de toxicidad sistémica (9). Sus polisacáridos tienen efecto inmuno-estimulador (12).


El ácido betulínico ha mostrado ser eficaz frente al VIH-1 a través de la inhibición de la replicación (13-15). También en un estudio preliminar se detectó actividad frente al virus influenza A y B (16), frente al herpes simple (17) y el virus del papiloma humano (18).


Posee efecto antinflamatorio “in vitro” (19) en “in vivo” (20).


En modelos animales se ha demostrado su efecto para bajar los niveles de azúcar en sangre (21).


CORDYCEPS: usado en la medicinal tradicional China como afrodisíaco y como diurético, favoreciendo el funcionamiento de los riñones gracias a su contenido en manitol. Los antioxidantes que aporta este hongo neutralizan los radicales libres responsables de las mutaciones celulares, causantes del proceso de envejecimiento. Al reducir el daño celular y actuar sobre el colágeno, los antioxidantes ayudan previniendo las líneas de expresión y arrugas, y preservan la apariencia juvenil de la piel (2,3).


Cordyceps provoca un incremento de los niveles de ATP en la célula e incrementa la capacidad aeróbica y el uso de oxígeno así como, una  mayor resistencia frente a la fatiga. En deportistas mejora el rendimiento deportivo al incrementar el metabolismo del tejido muscular. En individuos sanos de entre 50 y 75 años mejora la capacidad de ejercicio y la resistencia a la fatiga (4).


En personas sedentarias se ha visto un aumento significativo de la capacidad aeróbica (5) mientras que en atletas no se da este efecto debido a que ya han llegado a su capacidad aeróbica máxima (6). Incrementa la capacidad antioxidante de enzimas como la superoxido dismutasa, glutatión peroxidasa y catalasa proporcionando un beneficio adicional sobre la salud cardiovascular de pacientes mayores a la vez que su efecto antifatiga y antiestrés permite su uso en casos de astenia y depresión (2).


Este hongo trata la hiposexualidad, impulsando el deseo sexual. Provoca un incremento de la libido, tanto en mujeres como en hombres, y un incremento de las hormonas esteroides en la orina. Un estudio ha demostrado la actuación de Cordyceps a través de los sistemas de hormonas sexuales ejerciendo un efecto regulador sobre los órganos sexuales indicándose también para la infertilidad y la menstruación irregular, estimulando la producción de 17ß-estradiol (estrógeno) (8).  Este efecto podría ser beneficioso en el tratamiento de la osteoporosis postmenopáusica (9). Otros estudios en animales han demostrado que aumenta los niveles de hormonas masculinas y mejora la calidad y cantidad de esperma (7).


Cordyceps también es capaz de aumentar la liberación de insulina y aumentar la sensibilidad de las células a la insulina (10,11). La cordicepina y sus derivados tienen un papel activo en su acción antidiabética (12). Además, ha demostrado que en animales es capaz de inhibir la fibrosis hepática y de ayudar a reestablecer la función hepática y que mejora la función hepática en pacientes con fallo renal (13). Protege el riñón de la nefrotoxicidad producida por la ciclosporina (14) y gentamicina (15).


Sus nucleósidos inhiben la replicación viral (19), y además sus polisacáridos modulan la respuesta inmune a las infecciones virales (20).


Es un hongo fortalecedor del sistema respiratorio a la vez que tiene una función mucolítica y antitusígena. Ello lo hace válido para el tratamiento de asma, bronquitis crónica, insuficiencia respiratoria, enfisema, tuberculosis y fibrosis quística (16,17).


La investigación ha desvelado la existencia de un efecto regulador del metabolismo de los lípidos en sangre, el control de hiperlipidemia y su actuación en contra de la formación de la aterosclerosis, disminuyendo los triglicéridos y aumentando HDL (18).


Cordyceps modula el sistema inmunológico, evitando el rechazo de los transplantes de órganos y protegiendo contra los efectos de la radioterapia, particularmente, de la médula ósea y el sistema gastrointestinal. Desempeña un papel importante en la modulación del sistema inmune mediante la estimulación de las células Th, la prolongación de la supervivencia de los linfocitos, y el aumento de la producción de necrosis tumoral y interleucina. Evidencias “in vitro” muestran una prometedora acción en el tratamiento del cáncer (21-24). Potencia la recuperación en leucopenia inducida por taxol en ratones (25). En ratones también se ha visto que protege frente al daño en la médula ósea y el daño intestinal producido por radioterapia (26).


La dosis experimentada es de 3-6 g/día en la mayor parte de afecciones. Dosis de hasta 50 g/día se han utilizado con buenos resultados en cáncer (27). En pacientes con carcinoma hepatocelular mejora su supervicencia (28).


MELENA DE LEÓN: La melena del león es un hongo de aspecto único que crece en árboles muertos. A diferencia de las variedades comunes de setas, la melena de león tiene largas hebras blancas, dándole la apariencia de una melena o barba.


La melena del león es bien conocida en el Oriente por sus efectos regenerativos y restauradores sobre la cognición y el sistema nervioso, así como por su efecto modulador de la función inmune. Se trata de un hongo con gran potencial terapéutico, protege y regenera tanto la mucosa gastrointestinal como las vainas de mielina que recubren las células nerviosas.


En su composición predominan los derivados de ciatano, polisacáridos beta-glucanos, ergosterol (provitamina D), erinacinas y hericenonas. Como muchos hongos medicinales es una fuente natural de beta-glucanos responsables de su potencial antitumoral, además de ejercer una actividad inmunomoduladora, hipolipemiante, antioxidante y neuroprotector.


Las erinacinas y hericinonas tienen la capacidad de atravesar la barrera hematoencefálica y estimular la producción del factor de crecimiento nervioso (NFG), proteína soluble que promueve el crecimiento de las células nerviosas y la supervivencia de las neuronas, siendo necesario para el desarrollo y la función del sistema nervioso. Estos compuestos estimulan la producción de neuronas nuevas y una protección contra la muerte neuronal, para el tratamiento de demencias, como la enfermedad de Alzheimer, deterioro cognitivo, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson y neuropatías (1-2).


La melena de león ayuda en la regeneración de la mielina (mielinización), el aislamiento que protege las neuronas y permite la transmisión nerviosa de manera intacta en estudios “in vitro” en paciente con esclerosis múltiple (3-4).


Estimula el factor de crecimiento nervioso (Nerve Growth Factor, NGF) que juega un papel importante en las neuropatías (5). En animales tiene un efecto protector en la neuropatía diabética (6). También mejora la recuperación del nervio peroneo dañado en roedores (7).


La melena de león ha presentado actividad frente a Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM), responsable de numerosas infecciones nosocomiales (contraídas en hospital) (8).


Hericium erinaceus ha sido altamente estudiado en China para la digestión y úlceras gástricas, por su excelente capacidad regeneradora de la mucosa gastrointestinal, siendo de gran valor en todos los trastornos asociados a la hipermeabilidad intestinal, gastritis, reflujo gastroesofágico, úlcera gástrica e inhibe la actividad de Helicobacter pylori (9-10). Los estudios realizados también valoran positivamente la acción del hongo sobre la colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn y en cáncer de estómago, colon y páncreas (11-12). La fibra que aporta solo es metabolizada por las bacterias residentes en el intestino, lo que estimula un correcto desarrollo de la propia flora intestinal, ejerciendo una acción prebiótica muy interesante para el buen funcionamiento intestinal. Así mismo, estimula la producción de macrófagos, células que reducen la invasión de patógenos, por su acción antibacteriana (11).


Potencia la apoptosis inducida por doxorubicina en células de hepatocarcinoma (13). También se ha visto que sus extractos disminuyen el crecimiento de varios tipos de tumores tanto “in vitro” como “in vivo”, debido a sus propiedades antitumorales e inmuno-estimulantes (14-16).


 

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