P-MAX PEQUES 20 gr. SURAVITASAN

P-MAX PEQUES 20 gr. SURAVITASAN

P-Max Peques es una fórmula ultraconcentrada y avanzada de 12 cepas probióticas seleccionadas, F.O.S. (achicoria) y A.O.S. (alerce) para ayudar al equilibrio de la flora intestinal de los más pequeños. Aporta un mínimo de 10.000 millones de bacterias viables de colonización temprana por servicio. Fórmula de fácil administración en polvo para incluir a los alimentos sin modificar el sabor o la textura.




Vegano, Ovolactovegetariano, Sin gluten, Sin lácteos




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EAN13 - 0628747120326
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Información del producto

P-Max Peques es una exclusiva formula a base de 12 cepas probióticas destinadas a mantener la salud gastrointestinal de los niños desde las primeras etapas de su vida. Cada dosis contiene 10.000 millones de microorganismos viables con una importante presencia de las especies que colonizan de forma temprana el tracto intestinal infantil y que más han demostrado contribuir positivamente en la salud de los niños, favoreciendo el equilibrio de la salud digestiva y apoyando el sistema inmunitario en su función protectora frente los microorganismos patógenos.



 PROBIÓTICOS: microorganismos vivos no patógenos que cuando son administrados en determinadas cantidades producen efectos beneficiosos sobre la salud de los humanos equilibrando la microbiota intestinal y potenciando el sistema inmunitario (aumenta el número de bacterias anaerobias beneficiosas y disminuyen la población de microorganismos potencialmente patógenos a través de un antagonismo/competencia). En los últimos años numerosos estudios de investigación destacan su importancia en niños. La mucosa intestinal constituye la mayor superficie del organismo humano expuesto al exterior y sus células inmunitarias deben hacer frente a una infinidad de patógenos que ingresan por vía oral. La colonización intestinal con ciertas bacterias influye fuertemente en la respuesta inmune desde temprana edad y puede desempeñar un papel significativo en el desarrollo de enfermedades crónicas. No todos los microorganismos probióticos inducen el mismo tipo de efecto sobre la respuesta inmune del huésped: las especies más comunes que han demostrado contribuir positivamente en la salud incluyen Bifidobacterium y Lactobacillus (1-5).


LACTOBACILLUS RHAMNOSUS: utilizado tradicionalmente en el tratamiento y prevención de diarreas infecciosas causadas por rotavirus y otras enfermedades virales en lactantes y niños. Su efecto barrera modifica la respuesta de los antígenos aumentando la secreción de IgA específicas y produciendo enzimas hidrolíticas que disminuyen la inflamación y la sintomatología a poco más de 1 día. En un estudio en el que se valoraron a 124 niños con diarreas agudas, los que habían sido tratados con L. rhamnosus presentaban menos episodios de repetición y mejoraban la permeabilidad intestinal. Se ha demostrado que L. rhamnosus es el que ha obtenido mejores resultados en la modulación de la respuesta inmune en niños con alergias, infecciones y en el tratamiento de gastritis aguda. Se ha evidenciado que este microorganismo previene las lesiones de la pared intestinal provocadas por patógenos enterohemolíticos como E. coli, lo que supone una alternativa terapéutica a los antibióticos para reducir el riesgo de complicaciones sistémicas asociadas a este patógeno. L. rhamnosus también se ha demostrado efectivo en niños con síndrome de colon irritable atenuando el dolor abdominal asociado a este trastorno. Otro ensayo reciente demuestra que la composición de la microbiota intestinal puede contribuir significativamente en el desarrollo de ciertas patologías crónicas como la diabetes tipo I o juvenil y que la reactividad inmunitaria provocada por L. rhamnosus se propone como un factor de protección determinante frente a esta patología. En niños desnutridos graves, L. rhamnosus reduce el tiempo de recuperación y favorece una respuesta inmune celular óptima durante la rehabilitación. Recientemente, se ha identificado la molécula p40 GG L. rhamnosus como inmunomoduladora y responsable del efecto preventivo de eczema y dermatitis atópica entre los lactantes (6-11).


Cepa L. rhamnosus GG: es una de las cepas probióticas más estudiadas en el mundo. Se ha descrito su beneficio en diarreas infantiles (12), infecciones respiratorias (13), diarrea asociada a antibióticos (14), diarrea infecciosa asociada a Clostridium difficile (15), enfermedades inflamatorias intestinales como el Síndrome de colon Irritable (16), mejora la función gastrointestinal tras cirugía pancreática (17).


LACTOBACILLUS CASEI: reduce la duración y la incidencia de infecciones como bronquitis, neumonía y rinofaringitis (18-20). En infecciones intestinales mejora la inmunidad contra infecciones bacterianas como Escherichia coli e infecciones virales, como en la vacunación frente a influenza (21-24).


En niños, mejora los síntomas de la rinitis alérgica (25), junto con terapia antibiótica mejora la erradicación de Helicobacter pylori (26), es eficaz en las diarreas virales (27) y mejora la incidencia general de infecciones (28). Un estudio con 251 niños demuestra una reducción de duración y un 20% menos de incidencia en bronquitis, neumonía y fatiga tras 20 semanas de tratamiento diario (29).


BIFIDOBACTERIUM INFANTIS: microorganismo predominante en la flora intestinal de los lactantes especialmente en los alimentados con leche materna. Es uno de los primeros en colonizar el tracto intestinal infantil (30) y es crítico en el adulto para la salud intestinal y la función del sistema inmune (31). Se ha demostrado que altas concentraciones de B. infantis aumenta la resistencia natural de los niños a las infecciones por Shigella reduciendo la tasa de diarrea severa causada por este germen, pero desde el destete los niveles de la bacteria disminuyen progresivamente (32).


Produce ácido acético e inhibe bacterias patógenas (33). Produce bacteriocinas con actividad frente a Salmonella, Shigella y E. coli (34,35). Alivia muchos síntomas del Síndrome de Colon Irritable (SCI), como el dolor, la hinchazón, normaliza el hábito del tránsito intestinal y regula el ratio IL-10/IL-12 (36-38). Reduce los biomarcadores proinflamatorios sistémicos en enfermedades crónicas inflamatorias como colitis ulcerosa, síndrome de fatiga crónica y psoriasis, indicando que los efectos inmunomoduladores de la microbiota no se limita a la mucosa, sino que se extienden al sistema inmune sistémico (39). Puede aliviar los síntomas de la enfermedad celíaca no tratada (40).


BIFIDOBACTERIUM BREVE: mantiene la homeostasis del colon reduciendo la inflamación a través de la inducción de células Tr1 productoras de IL-10 intestinal (41). Protege la función del colon, alivia el estreñimiento, reduce los gases, la distensión abdominal y la diarrea (41,42). Mejora los síntomas de la colitis ulcerosa (43). Además, estimula el sistema inmunológico (42,44), inhibe Escherichia coli (45) y suprime el hongo Cándida (46). Reduce la grasa, la función hepática y la inflamación sistémica en personas con tendencia a la obesidad (47). En neonatos mejora los problemas gastrointestinales estabilizando la flora intestinal (48) y reduce la incidencia de enterocolitis necrótica (49). En niños celíacos reduce la citocina pro-inflamatoria TNF-alfa (50). En pacientes con quimioterapia mejora efectos adversos como la fiebre, infecciones y trastornos intestinales (51).


BIFIDOBACTERIUM LONGUM: diversos estudios demuestran su eficacia en combinación con otros probióticos en la prevención de la Diarrea Asociada a Antibióticos (DAA) mediante la restauración de la microflora intestinal del niño, así como en el tratamiento de SCI (2,3). Un factor proteico producido por B. longum inhibe la adhesión de la cepa enterotoxigénica de Escherichia coli (52). Tiene propiedades antiinflamatorias y está indicado para molestias gastrointestinales como la colitis ulcerosa (53), la diarrea asociada a antibióticos (54,55), Síndrome de Colon Irritable (56) y alergias estacionales (57,58). Ayuda en la formación de ácido láctico y ácido fórmico, disminuyendo el pH de los intestinos evitando la proliferación de bacterias dañinas (59). También es un productor importante de vitaminas del grupo B (60).


LACTOBACILLUS ACIDOPHILUS: ayuda a mantener un ambiente ácido en el tracto intestinal previniendo el crecimiento de bacterias dañinas. Utilizado desde hace años para tratar y prevenir infecciones bucales por levaduras, infecciones del tracto urinario y diarrea causada por antibióticos actualmente un estudio con 89 pacientes ha demostrado su eficacia (61).


Mejora la sintomatología global en pacientes con Síndrome de Colon Irritable (62). Ayuda a mantener un ambiente ácido en el tracto intestinal previniendo el crecimiento de bacterias dañinas y mejora la Diarrea Asociada a Antibióticos (63). Ayuda a mejorar la salud digestiva manteniendo la barrera intestinal, restaurando la flora intestinal, mejorando la digestión, reforzando el sistema inmunológico y ayudando a las bacterias beneficiosas que proliferan en el colon (64). Ayuda a mejorar los síntomas de la rinitis alérgica (65), alergia al polen (66) y de la dermatitis atópica (67).


LACTOBACILLUS PLANTARUM: actúa contra las bacterias no deseadas mejorando los síntomas del Síndrome de Colon Irritable como el exceso de gases, la hinchazón y el malestar abdominal (68), así como en la colitis ulcerosa (69). Regula la respuesta inmune y es beneficioso en el tratamiento de la dermatitis atópica en niños (70). Mejora los síntomas gastrointestinales durante el tratamiento con antibióticos (71). Mejora los síntomas de la intolerancia a la lactosa, tales como la diarrea y la flatulencia (72).


LACTOBACILLUS REUTERI: microorganismo presente en la leche materna. Los estudios demuestran su eficacia para reducir los cólicos de los lactantes al ayudar a regular la digestión, reducir el estreñimiento, la intensidad y la frecuencia del dolor abdominal (3,7). Previene la enterocolitis necrotizante en neonatos (73), mejora los síntomas del cólico infantil (74,75), aumenta la salud digestiva en niños siendo eficaz en la diarrea aguda infantil (76) y la diarrea asociada a antibióticos (77), es capaz de reducir los efectos adversos del tratamiento anti-Helicobacter pylori en niños (78) y es eficaz en el estreñimiento infantil (79).


LACTOBACILLUS HELVETICUS: los estudios muestran que previene infecciones gastrointestinales, mejora la protección contra patógenos y modula la respuesta inmune. Las actividades enzimáticas específicas de la cepa podrían mejorar la biodisponibilidad de los nutrientes, la eliminación de alérgenos y toxinas de los alimentos y la producción de péptidos bioactivos en la digestión de proteínas (80). Leche fermentada con L. helveticus mejora la función cognitiva (81). En animales aumenta la densidad ósea y el contenido en minerales óseos (82).


Controla los microorganismos y bacterias intestinales no deseados (Salmonella enteritidis, Camplylobacter jejuni, Escherichia coli, Candida albicans, etc.), regula la respuesta inmune y reduce la intolerancia a la lactosa (83).


LACTOBACILLUS PARACASEI: mejora la función digestiva (84), mejora los síntomas (especialmente oculares) de pacientes con rinitis alérgica tratados con antihistamínicos orales (85). Es útil también para combatir infecciones de Staphylococcus aureus, Escherichia coli y Salmonella (86-88). Alivia los síntomas como su frecuencia y duración de la diarrea aguda infantil (89).


LACTOBACILLUS JOHNSONII: posee diversos beneficios como en gastritis producida por Helicobacter pylori (90), regula la respuesta inmune (91), puede ayudar en el control de la diabetes (92) y mejora la rinitis alérgica en niños (93).

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